Emplatar significa servir y presentar los alimentos sobre un plato. Dicho así, parece una tarea fácil de llevar a cabo. No obstante, se trata de un proceso más complejo y más creativo de lo que aparenta ser ya que intervienen en él factores como el plato elegido, los colores de la receta, la cantidad de comida servida o la presentación de los aderezos y las salsas, entre otros. Desde el Restaurante GreenSuites queremos enseñarte los trucos para que logres que la comida, de un primer vistazo, entre por los ojos. ¡Toma nota de estos cuatro consejos y sorprende a tus familiares y amigos con emplatados increíbles!

1. Elige el plato adecuado

Seguramente hayas escuchado la expresión de “comer con los ojos” y es que se trata de la frase que mejor define un emplatado correcto a la par que apetecible. La tarea de cocinar no termina en la sartén. Tras preparar la receta en cuestión, debemos cuidar su presentación en el plato si queremos sorprender a la otra persona con un plato visualmente delicioso. Es decir, el emplatado es el toque final para que el comensal reciba una primera buena impresión del plato que después se comerá. Para escoger el plato más adecuado, será necesario tener en cuenta el tipo de comida que se sirve, ya que, dependiendo de esto, elegiremos unos u otros. Existen muchas opciones diferentes. Sin embargo, si vas a servir una comida con muchos jugos, deberás evitar los platos o las pizarras planas.

2. Aprovecha los colores y combínalos bien

Los colores transmiten, también en la gastronomía, conceptos y debemos saber aprovechar sus tonos para crear un paisaje colorido y contrastado entre los distintos alimentos. En este caso, deberás  aprovechar las sensaciones que producen los colores y tener en cuenta que los tonos claros consiguen destacar más la comida sobre el plato, mientras que los oscuros pueden generar un bonito contraste  si la comida es clara y monocromática. Colores como el verde, que transmite frescor, el naranja, que provoca apetito, o el rojo, que evoca a la efusividad, pueden ser interesantes de utilizar en el plato.

3. En un emplatado, menos es más

La frase tan manida de “menos es más” en el mundo de la moda, también se aplica a la gastronomía. En todo caso, la protagonista siempre debe ser la comida de la receta y, lo añadido, es decir, los elementos decorativos del plato, deben funcionar tan solo como potenciadores del sabor. Un plato excesivamente decorado, en el cual no se sepa exactamente cuál es la comida, puede quedar mal. Lo ideal es añadir una salsa bien extendida, unas verduras bien picadas u otros alimentos añadidos que vayan en un segundo plano sin sobrecargar el resultado final.

4. Ojo con las salsas de acompañamiento

La creatividad en el emplatado es clave para conseguir una presentación vistosa y agradable a la vista. Para empezar a practicar y lograr ser un auténtico chef profesional, puedes tomar nota de estas ideas:

  • Usa un molde redondo para servir el puré o la salsa haciendo un semicírculo en su interior y arrastra suavemente el acompañamiento para conseguir un resultado vistoso. Después podrás añadir la carne o el pescado que corresponda en el plato.
  • Sirve una pequeña cantidad de salsa y extiéndela con una espátula de pastelería dándole la forma que más te guste y consiguiendo un movimiento visual que llamará la atención de todos en la mesa.